Seguro que alguna vez ha pasado por nuestra cabeza la idea de qué pasará en nuestros ojos cuando estamos a oscuras. Este pensamiento aparece porque los primeros instantes de estar a oscuras no vemos absolutamente nada pero cuando pasan unos minutos nuestra vista se acostumbra a la oscuridad y logramos ver mejor.

Nuestros ojos son capaces de ver bajo diferentes situaciones lumínicas con una capacidad asombrante. Esta capacidad de los ojos funciona gracias a la activación de la pupila, de las células de la retina y de la rodopsina, un pigmento sensible a la luz.

Tabla de contenidos

Función de la pupila, de las células de la retina y de la rodopsina en la oscuridad

La pupila

Para comenzar, una de las cosas que todos sabemos que ocurre en nuestros ojos con la oscuridad es que la pupila cambia de tamaño. Y efectivamente, la pupila se encarga de regular la entrada de luz en el ojo. Cuando hay mucha luz nuestras pupilas se contraen para dejar pasar menos luz y cuando hay menos luminosidad, nuestras pupilas se dilatan para dejar pasar más luz.

Normalmente el tamaño de la pupila oscila entre 3 y 5 mm. Cabe destacar que la pupila tarda unos cinco minutos en hacerse grande y apenas un minuto en hacerse pequeña. Esta acción que ocurre en las pupilas puede ser a consecuencia de la cantidad de luz que haya y por sensaciones placenteras o desagradables que estemos viviendo.

Las células de la retina

La retina cuenta con células fotorreceptoras muy sensibles a la luz, llamadas conos y bastones.

Por una parte los conos se encargan de detectar el color. Son los que se encargan de permitir la visión fotóptica para procesar la claridad de la luz amarilla que permite percibir los objetos con detalle y color.

Y por otra parte, los bastones se ocupan de que una persona vea bien en condiciones de baja luminosidad, es decir, permiten una visión escotópica. Los bastones necesitan un tiempo para poder actuar y lograr ver bien en la oscuridad.

La rodopsina

Por último, la rodopsina es una sustancia química que permite a los bastones absorber los fotones y captar la luz. Cuando hay mucha luz, la rodopsina se convierte en dos moléculas que se vuelven a unir lentamente formando la rodopsina cuando existe poca luminosidad.