Cada vez es más común escuchar sobre niños y adolescentes que necesitan gafas por presentar miopía. Esta afección visual se caracteriza por dificultar la visión de objetos lejanos, mientras que la visión cercana suele ser nítida. En un mundo en el que los dispositivos electrónicos son una parte esencial de la vida diaria, es vital entender las causas, prevención y tratamiento de la miopía en los más jóvenes.

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¿Qué es la miopía y por qué se produce?

La miopía ocurre cuando el ojo crece demasiado de largo, de adelante hacia atrás. Esto hace que la luz que entra en el ojo no se enfoque correctamente en la retina, sino delante de ella, provocando que las imágenes distantes se vean borrosas. Aunque la genética juega un papel fundamental, existen factores ambientales que pueden agravar o acelerar su aparición.

Factores de riesgo

Algunos de los factores que han sido asociados con un incremento en el riesgo de desarrollar miopía incluyen:

Uso excesivo de dispositivos electrónicos: Pasar largas horas enfocando la vista en pantallas de móviles, tablets o computadoras puede aumentar el riesgo.

Poca exposición a la luz natural: Estar al aire libre y recibir luz natural ha demostrado ser beneficioso para la salud ocular.

Factores genéticos: Si ambos padres son miopes, hay mayores posibilidades de que sus hijos también lo sean.

¿Cómo prevenirla?

Si bien no hay una fórmula mágica para prevenir la miopía, hay acciones que pueden ayudar a reducir el riesgo:

  • Limitar el tiempo de pantalla: Es aconsejable establecer tiempos de descanso cada hora para evitar la fatiga visual.
  • Promover actividades al aire libre: Pasar tiempo fuera de casa, especialmente en actividades que requieran enfocar la vista a largas distancias, puede ser beneficioso.
  • Control oftalmológico: Es fundamental que los niños tengan controles visuales regulares, sobre todo si presentan síntomas o hay antecedentes familiares.

Tratamientos disponibles

Cuando la miopía ya se ha establecido, es esencial su corrección para asegurar un correcto desarrollo y funcionamiento visual.

  1. Gafas: Son el método más común para corregir la miopía. Un buen optometrista podrá determinar la graduación adecuada.
  2. Lentillas: Para adolescentes, pueden ser una alternativa a las gafas.
  3. Terapias farmacológicas: Algunos estudios han mostrado que el uso de ciertas gotas oftálmicas puede ralentizar la progresión de la miopía.
  4. Cirugía: En casos más extremos y generalmente en adultos, se puede considerar la cirugía refractiva.

La miopía en niños y adolescentes es una preocupación creciente en nuestra sociedad. Sin embargo, con información adecuada, buenos hábitos visuales y controles regulares, podemos prevenir su aparición o tratarla de manera efectiva. En Óptica Óptica estamos comprometidos con la salud visual de los más jóvenes, ¡visítanos y asegura una visión clara para el futuro!