La retina es una membrana que se encarga de enviar las imágenes que entran por nuestros ojos hasta el cerebro por medio de un nervio óptico a través de fenómenos electroquímicos. Se encuentra en la parte posterior del globo ocular. La retina consigue estabilizar el equilibrio y mantener la visión de una persona. Usa las imágenes cambiantes para enviar al cerebro la sensación de movimiento.

2 formas de sentir el movimiento

Nuestro cerebro es el que mejor conoce nuestro cuerpo y, como tal, sabe que para sentir el movimiento necesita usar dos sistemas. Por una parte utiliza el sistema vestibular y por otro la retina del ojo. Para percibir en nuestro ojo las imágenes estables y con gran precisión es necesario que la retina envíe de forma correcta el movimiento al cerebro. Si la retina no funciona correctamente es imposible ver con claridad los detalles.

Células ganglionares selectivas de la dirección

La capacidad que tiene la retina para estabilizar el movimiento viene dada gracias a las células ganglionares selectivas de la dirección. Además estas células también ayudan al cerebro a percibir el movimiento de rotación, el cual es crucial para estabilizar la imagen. Este hecho se traduce en la capacidad que tiene el ojo de permanecer fijo en un punto cuando la cabeza está girando constantemente.

Aún no se ha podido demostrar que los seres humanos tengan dichas células pero existen multitud de estudios que pueden confirmar que la forma de percibir el movimiento es la misma en primates que en cualquier otro animal. La estabilización del movimiento es una función altamente adaptativa que debe haber evolucionado con el paso de los años para hacer que funcione de la misma manera en humanos.

De una manera o de otra, la retina tiene una de las funciones más importantes del ojo. A través de ella el cerebro logra retener y entender las imágenes que entran por nuestros ojos para procesarlas de manera correcta.