Durante el embarazo el cuerpo de la madre experimenta muchos cambios tanto a nivel interno como externo. Uno de los cambios que a priori suele pasar desapercibido es la vista, que se ve afectada por los mismos cambios hormonales que producen las náuseas, el cansancio, etc.
Durante la gestación uno de los principales síntomas en la vista es la hipersensibilidad a la luz, aunque no todas las embarazadas lo experimentan. Suele aparecer ya en el primer trimestre debido al aumento de la progesterona.
En el segundo y tercer trimestre es habitual sufrir cambios más evidentes como pérdida de la agudeza visual. Muchas mujeres embarazadas comienzan a notar la visión borrosa que puede confundirse con una leve miopía, esto se debe a los cambios que experimenta la córnea por los cambios circulatorios del cuerpo que provocan retención de líquidos. Este efecto puede durar hasta varios meses después del parto, y en el caso de las mujeres que ya tuvieran una miopía severa antes del embarazo el aumento puede llegar a ser permanente.
Aunque se trata de síntomas leves, un cambio en la vista también puede ser síntoma de otro cambio más grave como la diabetes o preeclampsia. En el caso de la diabetes el ojo también sufre de forma repentina de la visión borrosa, y en cuanto a la preeclampsia, a partir de la mitad del embarazo es posible apreciarse manchas en la visión, visión borrosa, etc.
No obstante se realiza un seguimiento muy estricto durante el embarazo, con controles para prevenir estos problemas, e incluso se realizan cribados para determinar el riesgo de sufrir preeclampsia, además de registrar la presión arterial en las visitas médicas.
Lo más habitual es experimentar síntomas leves como los comentados al principio que no suponen mayor problema que la visión borrosa. Es recomendable acudir al especialista al menos una vez durante el embarazo para que compruebe que todo está bien.